15 consejos saludables para el cuidador

15 consejos saludables para el cuidador

15 consejos saludables para el cuidador 

Quién cuida al cuidador, esa es la eterna cuestión. En ocasiones, existe una resistencia involuntaria por parte de la persona porque se siente culpable. Pero este tipo de emociones han de quedar a un lado cuando hablamos de la salud del cuidador. Resulta reiterativo, pero es verdad: si no te cuidas, cómo vas a atender y cubrir las necesidades de tu familiar. Vamos a compartir unos consejos saludables para el cuidador que serán un beneficio para ambos. ¿Empezamos?

15 consejos saludables para el cuidador que debería poner en práctica ya

  1. Practicar algún tipo de actividad física. La actividad física regular, de moderada a fuerte, aumenta el nivel de energía, ayuda a reducir el estrés, a mantener un peso saludable y a controlar la presión arterial y el colesterol. Por estos motivos, caminar es una buena manera de empezar a movernos.
  2. Apostar por una dieta sana. Unos hábitos alimenticios saludables también proporcionan más energía. De hecho, comer bien también ayuda a prevenir otros problemas de salud. Cuando llegue la hora de sus comidas evite masticar rápido.
  3. Ante todo, mucho humor. Está comprobado que contar con sentido del humor es beneficioso para encajar situaciones complejas. Cuando vemos una película que nos provoca una carcajada nos sentimos de maravilla. Una enfermedad no debe llenar una casa de tristeza, encuentre momentos para reír junto a la persona que cuida.
  4. Las aficiones no hay que abandonarlas. Dedicar un tiempo a escuchar su música favorita, ver un capítulo de su serie, hacer alguna manualidad…, lo que sea que le llene y le ayude a ser un poco más feliz y evadirse será perfecto.
  5. Tiene derecho a salir y despejarse. Romper la rutina de vez en cuando no le sentará mal. ¿Por qué no dar un paseo por aquel parque donde hay infinidad de flores y plantas?
  6. Cuide su vida laboral. Si puede compaginar el trabajo con ser cuidador, perfecto. Le ayudará a no perder la perspectiva de sus necesidades, en este caso, económicas.
  7. La depresión tiene prohibida la entrada. Ser cuidador conlleva unas exigencias físicas y mentales. A la larga, pasan factura, así que sea previsor y si suma varios días con una tristeza o desgana fuera de lo habitual, consulte con un experto.
  8. Usted también tiene que visitar al médico. Seguro que hay semanas en las que ni sabe cuántas veces ha acudido al médico. Son actividades agotadoras y que, en ocasiones, invitan a no tener ganas de volver si se trata de nosotros. No cancele sus propias citas médicas siempre que sea posible. Su salud también es primordial para la persona que cuida.
  9. El sentimiento de culpa no es un buen compañero. A veces, nos sentimos culpables sin razón aparente. Si el familiar al que cuidamos tiene un mal día, y no podemos hacer nada para mejorar su estado de salud, admitamos que tenemos límites y que el resto del tiempo estamos haciendo un gran trabajo.
  10. Ahí fuera existe un mundo que le espera. Aislarse es habitual cuando ejercemos de cuidadores. Los días pueden llegar a ser muy parecidos y la desgana se puede apoderar de nosotros. Mantener la comunicación con los amigos y otros familiares es necesario para nuestra mente. Conversar sobre temas de actualidad, contarse novedades o hablar de frivolidades le vendrá muy bien.
  11. Sé un cuidador realista. Seguir con las rutinas que hacía la persona a la que cuidamos es esencial, hagamos juntos esas pequeñas escapadas. Sin embargo, no nos sobrecarguemos al tratar de buscar muchas actividades porque quizás no funcionen y restarán tiempo y energía.
  12. Evite los enfados. Es fácil que la convivencia se convierta en algo complicado para usted. Le supera ver cómo sufre la persona a la que quiere. Gestionar bien las emociones y aprender a consolar es necesario, pero también evitar conflictos con discusiones y enfados que no benefician a ninguno de los dos.
  13. Un poco de yoga, una gran inversión. La práctica del yoga no sólo significa contar con un cuerpo sano y flexible, también con una mente en calma. Sólo necesitamos una esterilla y fuerza de voluntad para dedicarnos una media hora o veinte minutos al día para desconectar y conectar con nosotros.
  14. La unión hace la fuerza. Los lugares donde se reúnen personas que ejercen de cuidadoras son una buena vía de escape para: saber que no estamos solos, compartir dudas, comprobar que tenemos pensamientos similares a otras muchas personas que se encuentran en nuestra situación nos ayudará a evitar el síndrome del cuidador.
  15. Tome la palabra a quien se ofrece a ayudar. Estamos rodeados de personas que dicen de corazón que nos pueden echar una mano. No nos sintamos mal al pedirles ayuda en momentos determinados cuando necesitamos un descanso, aunque sea de una o dos horas.

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