De forma simple, se puede definir la hiporexia como la pérdida del apetito. Una condición que no es exclusiva de edades avanzadas, pero sí más común.
En otro artículo ya hablamos sobre cómo abordar la alimentación saludable para personas mayores y por qué es clave para su bienestar.
Pero, ¿qué ocurre cuando se da un caso de hiporexia o falta de apetito prolongado? En este artículo, descubrimos qué es la hiporexia, sus posibles causas y algunas estrategias para mejorarla y estimular el apetito en personas mayores.
La hiporexia puede darse por las siguientes causas:
- A nivel psicológico destacamos el estrés, la ansiedad o la depresión. También, estados emocionales como la tristeza o el duelo influyen en la falta de apetito.
- Algunas enfermedades pueden ser causa directa de la hiporexia, incluyendo infecciones (gripe), trastornos gastrointestinales, cáncer o hipotiroidismo, entre otras.
- Existe medicación cuyos efectos secundarios implican falta de apetito, incluyendo antidepresivos, antipsicóticos y analgésicos opiáceos. La quimioterapia también puede disminuir el apetito como efecto secundario.
- Algunos cambios hormonales también pueden desencadenar hiporexia. Se incluyen aquí desajustes en el cortisol, pero también desequilibrios vinculados a embarazos, ciclos menstruales o menopausia.
- La existencia de problemas dentales o dificultades para masticar puede llevar a una reducción en el deseo de comer.
- Factores sociales como la soledad también tienen un impacto en la hiporexia.
Estas causas revelan que la hiporexia no se limita a las personas en edades avanzadas. No obstante, la realidad es que muchas personas en edad avanzada conviven con una o varias de estas causas (polimedicación, enfermedades crónicas, soledad…).