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Incontinencia y demencia

Kw: incontinencia urinaria y demencia

Una persona con demencia tiene problemas para desarrollar actividades de la vida diaria, entre ellos está el control de los esfínteres por esta razón, la incontinencia urinaria y demencia van de la mano de una manera frecuente. La IU sirve como un parámetro para clasificar el grado de severidad de la demencia.

Tanto el deterioro cognitivo como la incontinencia de forma separada pueden alterar de forma bien establecida la calidad de vida del paciente. cuando se presentan de forma conjunta, el impacto sobre la calidad de vida de la persona y de sus cuidadores se ve afectada de manera exponencial.

Consejos frente a la incontinencia y la demencia para el cuidador y el paciente

Tengamos en cuenta que las personas con deterioro cognitivo tienen dificultades importantes en la comunicación y, en consecuencia, la pobreza sintomática es la regla. Es decir, pueden olvidar o confundir ir al baño o expresarlo en voz alta.

Las personas que padecen demencia toman fármacos como antidepresivos, antipsicóticos e inhibidores de acetilcolinesterasa que pueden ser la causa de la incontinencia urinaria.

Las medidas aconsejadas aplicables en pacientes con incontinencia y demencia son similares a las personas que tienen IU. Una buena opción terapéutica es la utilización de absorbentes tanto a nivel diurno como nocturno.

Podemos establecer programas y calendarios de evacuación cada dos horas, sobre todo en aquellos pacientes que como consecuencia de una demencia en fase avanzada se encuentran inmovilizados, para así mantener la función de la continencia.

 

La importancia del papel del cuidador cuando la incontinencia y la demencia aparecen

Si ya de por sí, la tarea de cuidar o acompañar a una persona que requiere nuestra ayuda es un gran compromiso, cuando nuestro familiar o paciente, padece demencia, el esfuerzo es máximo. Hemos de elegir bien las palabras al hablar con él, y que siempre sienta que se le respeta y su opinión es valiosa.

Puede que las personas con demencia se resistan a usar ropa interior protectora. Pero debemos ser creativos y emplear algunos trucos para que no perciba que es una situación incómoda el llevar absorbentes, todo lo contrario. Emplear frases del tipo: “Esto te ayudará y así no has de correr para ir al baño preocupado” son esenciales en la comunicación diaria.

Cuando una persona sufre incontinencia y demencia no hace nada de manera intencional y si se les llama la atención pueden sentirse no sólo dolidos sino, además, avergonzados. Se trata de un accidente, de algo que se puede solucionar, la paciencia y la empatía deben estar presentes cuando le hablemos porque funciona y la persona lo agradece.

Si salen, es mejor llevarnos una muda de ropa interior protectora, además de otra de ropa, en caso de que surja algún problema. Es importante buscar lugares con cuartos de baño familiares, de modo que sea sencillo para el cuidador cambiarlo con privacidad garantizada. Llevar todo lo necesario siempre con nosotros será una tranquilidad para ambos.

 

Prevenir los problemas de incontinencia y demencia en el día a día

Cuando tenemos experiencia en cuidar a un ser querido, llega un momento en el que las tareas cotidianas se realizan de manera casi automática lo cual repercute en positivo tanto para quien cuida como para la persona cuidada. En el caso de la incontinencia y demencia en la persona que atendemos es positivo cumplir esta serie de pasos dentro del hogar:

  • Hagamos que sea fácil encontrar y usar el baño.
  • La puerta del baño debe estar abierta para que todo sea visible.
  • Pongamos una fotografía del inodoro en la puerta del baño.
  • El baño debe ser un lugar seguro y fácil de usar. Por ejemplo, podemos elevar el asiento del inodoro, instalar barras de apoyo a ambos lados y utilizar una buena iluminación tanto para el dormitorio como para el baño.
  • Retiremos plantas, cubos y otros objetos que puedan confundir a la persona cuidada.
  • Tengamos en mente el horario habitual de ir al baño de la persona que cuidamos.
  • Recordémosle usar el baño justo antes de su hora habitual.
  • Ayudemos a la persona a limpiarse minuciosamente.
  • Lavemos las partes sensibles con cuidado y si es necesario le daremos una ducha, con los posteriores cuidados de la piel.
  • Elijamos ropa que le guste pero que sea fácil de quitar y poner.
  • Fomentar la ingesta de líquidos, pero limitemos que sea antes de acostarse.
  • Demos a la persona el tiempo necesario para vaciar su vejiga.
  • Apostemos por las fundas de colchón impermeables.

Se trata de tener una hoja de ruta para que esta labor que requiere de bastante esfuerzo tanto físico como mental, sea lo menos agotadora tanto para las personas que cuidan como para el paciente. Si contamos con un plan, será más fácil que los pasos se reduzcan y con ellos nuestro cansancio.

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