La incontinencia: mitos y hechos

La incontinencia es la pérdida de control de la vejiga y los intestinos que provoca escapes de orina y heces. Las causas son muy variadas, así como los tratamientos existentes para solucionar estos problemas, por lo que si usted los presenta debe contactar con su médico para buscar una solución.

Hay muchas ideas equivocadas acerca de la incontinencia que hacen que las personas con este trastorno, en ocasiones, no busquen ayuda para solucionarlo.

MITO 1: la incontinencia es un problema poco común

Hecho: Es un problema muy común.

  • Se estima que más de seis millones de personas en España presentan incontinencia de orina.
  • Es un problema oculto porque a muchas personas les da vergüenza hablar sobre este tema.
  • No es un problema sólo de mujeres, sino que afecta tanto a varones como mujeres.
  • Lo presenta, al menos, una de cada diez personas jóvenes.
  • Lo presenta al menos una de cada cinco personas mayores.
  • Este problema representa un gasto económico muy alto, tanto para particulares como para los gobiernos. Este gasto económico no sólo incluye el coste de los medicamentos y procedimientos quirúrgicos para su tratamiento, sino el precio de las compresas y absorbentes protectores y, además, en el caso de las personas que no pueden cuidar de sí mismas, el coste de su cuidado en una residencia para personas que presentan incontinencia severa y sus problemas asociados.
  • La incontinencia urinaria ocupa el quinto lugar en cuanto al impacto en la calidad de vida de los pacientes en la escala del Nottingham Health Profile, por encima de enfermedades como el infarto de miocardio o la diabetes.
  • Con el desarrollo de la Ley de Dependencia, la capacidad de controlar o no la micción es el segundo criterio de más relevancia a la hora de puntuar la dependencia de una persona, por encima de otros criterios tan relevantes como la capacidad de moverse dentro o fuera del hogar.

MITO 2: es una afección simple

Hecho: No es simple. Hay muchos tipos de incontinencia, muchas causas diferentes que requieren tratamientos distintos.

  • Las mujeres frecuentemente presentan incontinencia de orina porque sus músculos pélvicos internos se pueden dañar durante el parto.
  • Los cambios hormonales que aparecen durante la menopausia pueden agravarla.
  • Los varones mayores pueden presentar incontinencia por problemas de próstata.
  • La tos crónica en personas con problemas bronquiales o en fumadores puede debilitar los músculos internos del suelo pélvico y provocar pérdidas de orina.
  • La obesidad puede provocar incontinencia de orina, al aumentar la presión en el abdomen y debilitarse los músculos pélvicos.
  • La diabetes (exceso de azúcar en sangre) puede provocar alteraciones urinarias que desembocan en incontinencia.
  • Las personas que presentan problemas de columna a menudo tienen problemas de incontinencia.
  • Muchas enfermedades del sistema nervioso provocan alteraciones en la vejiga y los esfínteres, que originan incontinencia o problemas para orinar.
  • Si usted ya presenta incontinencia, ésta se puede agravar en las siguientes situaciones:
  • Infecciones respiratorias y tos crónica.
  • Episodios de estreñimiento que obligan a hacer grandes esfuerzos abdominales en el baño.
  • Ganancia excesiva de peso, ya que la obesidad empeora la incontinencia.
  • Exceso de cafeína en la alimentación.
  • Dificultades en el movimiento que hagan que tarde en llegar al baño cuando tenga urgencia.
  • El consumo de determinados medicamentos puede agravar su incontinencia como efecto secundario.

MITO 3: es una consecuencia inevitable del envejecimiento

Hecho: El envejecimiento por sí solo no causa problemas de vejiga ni de intestinos.

  • La incontinencia se produce como consecuencia de lesiones y enfermedades de la vejiga y los esfínteres.
  • No es normal, a ninguna edad, que se produzcan pérdidas involuntarias de orina o de heces, pero es más habitual en las personas mayores.
  • Tener una edad avanzada no supone una contraindicación para la mayoría de los tratamientos médicos o quirúrgicos disponibles para tratar su problema de incontinencia.
  • No se resigne a presentar incontinencia. Obtenga asesoramiento y ayuda para poder tener una mejor calidad de vida.

MITO 4: no existe tratamiento ni ayuda

Hecho: Hay tratamientos que pueden curar o mejorar la incontinencia, y un buen asesoramiento puede ayudar a controlarla.

  • No existe un único tratamiento común para todas las personas que tienen incontinencia. Como existen muchos tipos de incontinencia, cada una requiere un tratamiento distinto y el que le ofrezca su médico especialista puede ser completamente diferente del de otra persona que también tiene pérdidas de orina.
  • No todos los tratamientos son iguales. Algunos tipos de incontinencia se tratan con medicamentos, mientras que otros precisan de cirugía.
  • Es muy importante que usted sea adecuadamente estudiado antes de recibir un tratamiento para la incontinencia. La evaluación puede ser muy diferente según cuál sea su problema. No se puede dar un tratamiento específico sin conocer el tipo de incontinencia que presenta.
  • No se deje influir por la opinión de otra persona que esté siendo tratada por incontinencia, ya que lo que a ella le han recomendado puede no ser adecuado para usted.
  • Pida ayuda: existen soluciones para su problema.

Advertencias sobre la diabetes

Si siempre tiene sed y necesita orinar mucho, dígaselo a su médico o profesional sanitario. Es importante que se haga un examen para asegurarse de que el problema no es la diabetes (azúcar en sangre).