Ser cuidador es un trabajo gratificante, pero en muchas ocasiones es una tarea que suele realizar un familiar de la persona dependiente, y no un profesional. Y es que cuando hablamos de cuidadores podemos estar refiriéndonos a diferentes tipos de cuidadores, desde los que lo son esporádicamente, los que son un cónyuge, hermano o hijo cuidador, hasta los que son profesionales sanitarios.
Entonces, ¿quién puede cuidar? Aunque podemos decir que cualquier persona podría ser un cuidador, es importante que para hacerlo de la forma adecuada conozcamos técnicas y trucos específicos para llevar a cabo la labor. Del mismo modo que para no terminar con el conocido síndrome del cuidador o burnout, también debes aprender a cuidarte como cuidador.
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Tipos de cuidadores según la cercanía con la persona dependiente
La diferencia más clara entre cuidadores es precisamente la que hemos citado en las primeras líneas de este artículo. La diferenciación más clara es la que existe entre el cuidador profesional que está formado en el área sanitaria y el cuidador no profesional, generalmente familiar, que suele ir ‘aprendiendo sobre la marcha’ y que en muchos casos suele necesitar una ayuda extra de formación como cuidador.
Cuidador formal o profesional
En este tipo de cuidador entrarían las personas que específicamente se han formado en la materia de los cuidados y trabajan con personas dependientes por una remuneración económica. Aunque no estén emparentados con la persona que cuidan, sus inquietudes personales y profesionales los han llevado a esta labor, por lo que son un recurso a tener en cuenta a la hora de atender a un familiar con necesidades.
Cuidador principal
En esta categoría entraría la persona que más se ocupa del cuidado de un familiar. La relación es muy estrecha y habitualmente vive en el domicilio de la persona. De entre los diferentes tipos de cuidadores, el cuidador principal es el que suele tener un grado de implicación mayor con la persona a su cuidado. En este caso el cuidador principal puede ser un profesional o un familiar de la persona dependiente, en función de las necesidades específicas en cada caso.
Por poner un ejemplo, para un niño dependiente generalmente su cuidador principal son los progenitores, mientras que para un anciano dependiente que vive en una residencia su cuidador principal será el enfermero o auxiliar de enfermería.
Cuidador informal
Por último, dentro de los tipos de cuidadores encontraríamos a la persona que ayuda de forma ocasional al cuidado de la persona dependiente. Aunque en estas ocasiones suele ser parte del núcleo familiar, un miembro que no le dedica tanto tiempo a los cuidados de la persona dependiente como el que le dedica el cuidador principal o formal.
Sin embargo, cada caso es único, y hay veces en las que ocurre exactamente lo contrario cuando el cuidador principal es un familiar, y ocasionalmente se contrata a un profesional (por ejemplo, para un fin de semana) o se confía en otro familiar que no suele cuidar de la persona.
Tipos de cuidadores: ¿Cómo elegir a un cuidador?
Ahora que conoces los diferentes tipos de cuidadores, es importante destacar cómo alguien llega a ser cuidador. No solo será un buen predictor de su nivel de implicación con la persona dependiente, sino también de su nivel de tolerancia al burnout, muy común en las tareas de cuidado.
La motivación es un factor crucial a la hora de hacerse cargo del cuidado de alguien. Por desgracia, en muchas ocasiones este cuidado es algo impuesto al cuidador de forma implícita o explicita por la familiar. En este caso, y si los recursos lo permiten, siempre será mejor acudir a un profesional para que se haga cargo de los cuidados. Si no es posible, lo ideal será no sobrecargar a alguien con el papel de cuidador principal y gestionarlo para que ese papel recaiga sobre varios miembros de la familia.
Características emocionales de un buen cuidador
Independientemente de los tipos de cuidadores, un buen cuidador siempre tiene que reunir una serie de características personales que lo hagan capaz de hacerse cargo de alguien. Si hablamos de un profesional o cuidador formal, uno de los aspectos más importantes será la vocación. El cuidado de personas dependientes no es un trabajo mecánico y repetitivo y necesita de una sensibilidad e implicación constantes.
Por otro lado, la persona tiene que ser altamente empática. Los cuidados deben estar dirigidos a mejorar la calidad de vida de la persona dependiente y no solo a satisfacer sus necesidades biológicas. Para ello, tienes que preocuparte por cómo está la persona de la que cuidas, en cómo se siente y ayudar a que su estado emocional sea el mejor posible.
El cuidador deberá ser una persona flexible y que sepa adaptarse. Muchas veces en los cuidados surgirán problemas nuevos y la persona tendrá que saber adaptarse a ellos para solucionarlos.
Por último, hay que resaltar las habilidades comunicativas de la persona. Ya sea un familiar o un cuidador contratado, tendrá que comunicarse de manera constante con la persona a su cargo. Tendrá que saber escuchar, entender y hablar con la persona dependiente, así como conocer la mejor forma de transmitir su estado a sus familiares o allegados.
El buen cuidador se cuida
El autocuidado es un punto que hay que destacar en cualquiera de los tipos de cuidador. El trabajo de los cuidados es una tarea altamente exigente y lleva asociados unos niveles muy altos de desgaste físico y emocional. Para que el cuidador no experimente una sobrecarga es importante tener algunos aspectos en cuenta. El principal sería el de no olvidar o pasar por alto sus momentos de ocio, más aún si se compagina el cuidado de una persona con otro tipo de actividad laboral.
Por otro lado, una buena red de apoyo puede constituir un buen método de desahogo. Es bueno que el cuidador comparta con amigos y familiares cómo se encuentra y cómo está llevando la situación de cuidados. Además, es importante que conozca dónde están sus límites y no los rebase.
Precisamente por todas estas razones hemos creado el Club de Cuidadores, una plataforma de ayuda y apoyo a los cuidadores profesionales y no profesionales. Hemos creado un espacio en el que pueden obtener información y formación gratuita, y contar con una red de apoyo para poder cuidar de las personas dependientes a su cargo.
No obstante, no te olvides que el mejor cuidador siempre es el que se cuida para ofrecer los mejores cuidados. Con motivación y ganas de aprender, tú también puedes ser un gran cuidador.
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