Cómo reforzar el vínculo afectivo entre cuidador y persona mayor
Crear un vínculo afectivo entre cuidador y persona cuidada es una estrategia clave para prestar un acompañamiento emocional realmente reparador.
¿El motivo? Los seres humanos somos seres sociales: la intimidad, la conexión y la confianza en los otros nos proporciona un bienestar profundo a nivel emocional. Así, tener un vínculo afectivo con otra persona convierte al otro en “casa”, generando un sentimiento de pertenencia y de ser comprendido.
Una realidad que, en el caso de la relación entre cuidador y persona dependiente, es indispensable para mejorar el tipo de cuidados que pueden ofrecerse. A fin de cuentas, desarrollar un vínculo afectivo implica tener mayor cercanía y confianza en la relación. Un paso fundamental para que la persona cuidada pueda expresar pensamientos, aspiraciones, conflictos internos, preferencias…
Así, crear un vínculo afectivo es por tanto la llave para acceder al paisaje emocional de la persona cuidada y, a través de él, poder ofrecer cuidados más empáticos y alineados con sus necesidades. Pero la importancia del acompañamiento emocional profundo entre cuidador y persona cuidada va más allá, y tiene un impacto en muchas otras áreas. Por ejemplo, es también un paso clave para que la persona cuidada se sienta implicada en mantener su propia salud, con lo que esto supone en el mantenimiento de rutinas de ejercicio físico o de alimentación para personas mayores, por ejemplo.
Pero, ¿qué es exactamente un vínculo afectivo cómo fomentarlo entre cuidador y persona mayor? Sigue leyendo, ¡te lo contamos!
Un vínculo afectivo puede definirse como una conexión entre dos personas basada en el afecto mutuo y la confianza.
Una base clave para desarrollar relaciones de calidad y que está inscrita en nuestra genética: la unión emocional con la madre, el padre o el cuidador principal que ocurre durante nuestra primera infancia se constituye como nuestro primer vínculo afectivo, que después evoluciona y se amplía en otras direcciones (otros familiares, amigos…).
En este sentido, el vínculo emocional se halla en nuestro centro como humanos, siendo una base fundamental para nuestra supervivencia, pero también para nuestro bienestar y evolución a nivel personal.
¿Cómo formar un vínculo afectivo? Consejos para cuidadores de personas mayores
Crear un vínculo afectivo no puede abordarse como una fórmula matemática, ni pueden entenderse los siguientes consejos como verdades absolutas. No obstante, sí podemos ofrecer algunas orientaciones sobre que cada persona puede adaptar a su realidad:
1. Practicar la escucha activa
Escuchar sin interrumpir y permitir que la persona mayor exprese sus emociones y pensamientos es un paso clave para construir un vínculo afectivo. Se trata de acompañar y de demostrar que sus pensamientos son respetados y valiosos para el cuidador, validando también sus emociones.
2. Respetar sus límites y opiniones
Si se quiere generar una relación de confianza, después de escuchar, es preciso respetar. Por ejemplo, si la persona mayor expresa límites respecto a sus preferencias en el cuidado, será importante llegar a acuerdos y respetarlos.
3. Pasar tiempo de calidad
Las actividades de ocio con personas mayores son otra oportunidad para demostrar el acompañamiento emocional, también en los buenos momentos. Se trata de pasar tiempo de calidad en actividades que la persona mayor disfrute (por ejemplo, probando la risoterapia para personas mayores). Un paso fundamental capaz de generar una conexión más profunda y mejorar las capacidades de comunicación entre cuidador y persona cuidada.
4. Reconocer los posibles retos
Algunas personas mayores pueden tener una reticencia inicial a recibir cuidados; otras pueden tener dificultades comunicativas por diferentes razones (desde problemas auditivos hasta problemas cognitivos o de comprensión derivados de enfermedades como demencia o Alzheimer). Por ello, el acompañamiento emocional y la creación del vínculo afectivo deben tener en cuenta estas posibles limitaciones y buscar estrategias para salvar los obstáculos que puedan aparecer.
Cuidar también de las necesidades propias
Crear un vínculo afectivo real implica también que la persona a cargo de los cuidados pueda mantener su propio bienestar, atendiendo a los retos específicos de salud para cuidadores y previendo la aparición del desgaste emocional.
Practicar el autocuidado y contar con apoyo de familiares, amigos o una comunidad dedicada a los cuidados son dos de las claves para conseguir este equilibrio.
Desde Club de Cuidadores, queremos poner nuestro granito de arena. Por ello, hemos creado una red online de personas que cuidan y se cuidan, en la que ofrecemos consejos y abordamos asuntos de interés para cuidadores de personas dependientes.
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