Tipos de cuidadores de personas mayores dependientes

Tipos de cuidadores de personas mayores dependientes

Los cuidadores de personas mayores ayudan a las personas a su cargo a realizar todas las actividades que no pueden hacer por sí solos, como el aseo personal, la gestión de las tareas domésticas o la planificación de la medicación o las visitas médicas.


Se trata de una labor muy gratificante, pero que exige mucha dedicación de tiempo e implicación física y emocional.


De hecho, en muchas ocasiones, esta tarea recae en alguien del entorno cercano de la persona dependiente (es decir, un cuidador familiar, que suele ser un cónyuge, un hermano o un hijo).


Otras veces, el cuidado se delega a un cuidador profesional.

¿Quién puede ser cuidador de personas mayores? Formación y cursos de cuidados

 

Aunque prácticamente cualquier persona puede asumir tareas de cuidado, es fundamental seguir algunas pautas y conocer trucos específicos para realizar este trabajo con total seguridad y garantías.


El autocuidado también es importante para controlar las emociones, reducir el estrés y evitar el temido y común «síndrome del cuidador quemado».


Contar con formación específica siempre es de gran ayuda. Por esta razón, Club de Cuidadores es un espacio de información, formación y apoyo, donde organizamos talleres y cursos para cuidadores sobre conocimientos teóricos y prácticos, muy accesibles, con una perspectiva humana, cercana y experta.


Además, nuestro «Manual del Cuidador» es un recurso útil tanto para cuidadores profesionales como para cuidadores familiares que quieren resolver dudas o estar al día sobre técnicas, herramientas de gestión del tiempo, aplicaciones para cuidadores o productos innovadores para la incontinencia.

Tipos de cuidadores de personas mayores: cuidador formal, cuidador principal y cuidador «informal»

 

Cuidadores profesionales 


Se han formado en materia de cuidados y trabajan con personas dependientes por una remuneración económica.


Aunque no estén emparentados con la persona que cuidan, sus inquietudes personales y profesionales los han llevado a esta labor, y son un recurso a tener en cuenta a la hora de atender a un familiar con necesidades.


Cuidadores familiares


Tienen una relación muy estrecha con la persona mayor, tanto que forma parte del ámbito familiar. Este tipo de cuidadores suelen tener un grado de implicación muy fuerte y pueden contar o no con formación específica en esta área.


Cuidadores informales


Ayudan de forma ocasional en el cuidado de un mayor dependiente.


No forman parte del círculo familiar, pero en ocasiones pueden llegar a tener la misma carga que un cuidador familiar o profesional.


Aun así, es muy importante remarcar que cada caso es único: por ejemplo, a veces el cuidador familiar es un cuidador profesional y el cuidador informal un familiar, mientras que otras veces el familiar es el cuidador principal y se recurre a un profesional en casos concretos (por ejemplo, los fines de semana).

¿Cuál es la diferencia entre cuidador profesional y cuidador familiar?

 

Existen tres grandes diferencias entre cuidador profesional y cuidador familiar:

  1. Cercanía con la persona mayor. De hecho, muchos cuidadores familiares viven en el mismo domicilio que la persona a la que asisten.
  2. Formación. Cada vez más cuidadores profesionales tienen formación en el área sanitaria, mientras que los cuidadores familiares suelen «aprender sobre la marcha».
  3. Remuneración económica. Los cuidadores profesionales siempre tienen sueldo, mientras que muchos cuidadores familiares no cobran por desempeñar esta labor.

¿Se puede cotizar por cuidar a un familiar? ¿Cuáles son las pagas para cuidadores no profesionales?

 

La Ley de Dependencia observa la posibilidad de cotizar por cuidar de un familiar, tal y como está recogido en el Real Decreto-ley 6/2019, de 1 de marzo, que recupera el convenio especial previsto en el Real Decreto 615/2007 por el que se regula la Seguridad Social de los cuidadores de las personas en situación de dependencia.


En el caso de cuidar de un familiar dependiente y solicitar una prestación por ello, la cotización corre a cargo del Estado, se suma a la vida laboral y contribuye a generar derecho a pensión de jubilación para el cuidador (tienes toda la información en este enlace).

Cómo elegir a un cuidador profesional: habilidades y aptitudes que debe tener

Muchas veces, los recursos económicos determinan la elección de un tipo de cuidador u otro.


Siempre que sea posible, se recomienda contratar a un cuidador profesional para que se haga cargo de nuestro familiar.


De no ser así, lo ideal es no sobrecargar a alguien con el papel de cuidador principal y gestionar la situación para que ese papel recaiga sobre varios miembros de la familia.


Independientemente del perfil de cuidador, para desarrollar este trabajo hay que reunir una serie de aptitudes y habilidades, entre ellas:

  • Empatía
  • Sensibilidad
  • Implicación
  • Flexibilidad
  • Capacidad para improvisar y tomar decisiones
  • Comunicación y escucha activa

El buen cuidador también se cuida

El cuidado de una persona mayor lleva asociados altos niveles de desgaste físico y emocional.


Para evitar la sobrecarga, es importante que el cuidador ponga en práctica estrategias de autocuidado que le permitan priorizar su salud para poder desempeñar su trabajo.


Contar con una red de apoyo y contactar con otros cuidadores a través de plataformas como Club de Cuidadores puede constituir un buen método de desahogo para aprender sobre cuidados e identificar tus propios límites.


Si buscas un curso de cuidado de personas mayores gratis o quieres información y recursos para ser un gran cuidador, suscríbete a nuestra newsletter.

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