¿Eres cuidador y tienes problemas para conciliar el sueño?

¿Eres cuidador y tienes problemas para conciliar el sueño?

Los problemas para conciliar el sueño son habituales entre la comunidad de cuidadores, más en concreto en los del entorno familiar. Los cuidadores a menudo tienen que sumar a su trabajo como cuidador una carga extra que cuenta con componentes subjetivos y objetivos. A los posibles sentimientos de preocupación, miedo, obligación, culpa o enfado que se pueden dar en la persona que cuida de un familiar, se añaden posibles presiones familiares, sociales o financieras que añaden peso a esa carga del cuidador.

Está demostrado que los cuidadores informales -trabajo no remunerado- tienen problemas para dormir; según diferentes análisis, hasta un 76% reconoce que no duerme bien, lo cual tiene consecuencias negativas, tanto físicas como psicológicas, en la persona.

Dificultades para dormir

Las dificultades para dormir en los cuidadores se manifiestan de distintas maneras: problemas para conciliar el sueño (tardar más de 30 minutos en quedarse dormido) o para volverse a dormir tras despertarse durante la noche, despertarse muy temprano y no poder dormir de nuevo, o levantarse con sensación de cansancio y de no haber descansado.

A veces, los problemas de los cuidadores para dormir adecuadamente no tienen tanto que ver con una carga personal, sino que se deben al propio cuidado. Es habitual en los enfermos de Alzheimer u otras formas de demencia que se “alteren” hacia la noche y también que se despierten nerviosos a menudo. En otros casos, los problemas para conciliar el sueño de la persona a la que se cuida -que harán que quien cuida tampoco duerma- se deben al tipo de medicación que toma, por ejemplo, porque sea diurética y el paciente necesite ir al baño con frecuencia.

En cualquier caso, sea por inquietud personal o por las demandas de la persona dependiente, los problemas para conciliar el sueño deben ser una prioridad para asegurar el bienestar del cuidador. Existe una regla no escrita que apunta a que es absolutamente necesario dormir bien como mínimo una noche cada tres días para evitar convertirse en un cuidador “quemado”.

Consecuencias de la falta de sueño en los cuidadores

No dormir lo suficiente o no hacerlo de la manera adecuada tiene consecuencias negativas tanto físicas como psicológicas. Las personas que no duermen tienden a estar irritables y tener pensamientos negativos, sufren problemas de concentración, y les falta energía, ánimo y motivación.

Además, el hecho de intentar compensar la falta de sueño durante el día puede llevar a un consumo excesivo de estimulantes o tomar medicamentos que no sean adecuados, lo cual puede derivar, entre otros, en problemas cardíacos.

Se han realizado diversos estudios que relacionan el hecho de dedicarse al cuidado de una persona dependiente y los problemas para conciliar el sueño, y en su mayoría señalan la tendencia de esos cuidadores con problemas para dormir a padecer depresión y/o ansiedad.

¿Cómo conciliar el sueño?

Hemos visto que los problemas para conciliar el sueño se dan de manera común en los cuidadores, pero que pueden tener consecuencias graves, por ello, no se debe asumir como algo normal.

Hay varias maneras en las que se puede ayudar a conciliar el sueño, pero, si el problema persiste, es importante acudir al médico. También si la persona que cuidamos tiene dificultades para dormir bien, podemos comentarlo con sus responsables médicos porque es posible que nos puedan ayudar.

Algunos consejos para intentar recuperar el sueño:

  • Pedir ayuda. Si tenemos dificultades en el sueño porque la persona que cuidamos no puede dormir bien, una opción es buscar un asistente para la noche. Se puede pedir la colaboración de un familiar o solicitar un servicio profesional, pero, sea como sea, merecerá la pena delegar y preocuparse por conseguir una noche con un sueño de calidad al menos de vez en cuando.
  • Establecer rutinas. No solo son importantes los horarios, sino que incluso se pueden introducir “rituales” que asociemos con la hora de dormir, por ejemplo, darse un baño, leer un poco o escuchar un podcast. No es tanto la acción en sí como el acostumbrar a nuestro cuerpo a que, después de leer, bañarse o lo que sea, es la hora de dormir.
  • Espacio adecuado. Disponer de un lugar tranquilo, cómodo y que incite al descanso resultará muy útil para ayudarnos a conciliar el sueño.
  • Ejercicio físico. Realizar ejercicio, aunque solamente sea andar o moverse un poco, es importante para nuestra salud por muchos motivos, y uno de ellos es porque nos predispone a dormir mejor por la noche.
  • Alimentación saludable. Se deben evitar las comidas pesadas antes de irse a dormir y no cenar muy tarde. Por supuesto, no se debe abusar del café ni de ningún otro excitante, de hecho, cuando existen problemas para conciliar el sueño, lo mejor es no tomarlos en absoluto. En cuanto a las bebidas alcohólicas, hay una falsa creencia de que ayudan a dormir, pero no es cierto, ya que el haber bebido alcohol nos hace más propensos a despertarnos durante la noche y a no descansar bien.

Si ya sigues todas estas pautas y tienes problemas para conciliar el sueño, consulta con tu médico, podrá ayudarte de forma más profesional. Empieza a cuidarte para dar los mejores cuidados.

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