¿Cómo cuidar de un paciente en silla de ruedas?

¿Cómo cuidar de un paciente en silla de ruedas?

Dentro del mundo de las tareas de cuidados algunas de las labores más habituales están relacionadas con el paciente en silla de ruedas. De hecho, según algunos datos que arroja el Instituto Nacional de Estadística, en la esfera de la discapacidad los problemas relacionados con la movilidad son los más habituales. Dadas las particularidades de estos casos, conviene destacar algunos aspectos en torno a la movilidad y la seguridad no solo del propio paciente en silla de ruedas, sino también del cuidador. Además, a estos cuidados, recuerda sumar los específicos para otro tipo de perfiles, como el de cuidados a personas mayores.

Moviendo al paciente en silla de ruedas

Un punto bastante clave en el manejo del paciente en silla de ruedas es la ayuda que puedas aportar en el traspaso de la silla de ruedas a la cama u otro tipo de mobiliario. En este sentido, será importante que tengas en cuenta algunos aspectos para evitar posibles lesiones. Estas se dan sobre todo en la zona de la espalda por un mal manejo del peso. Lo ideal es que conozcas tus límites en cuánto a fuerza física para que no te excedas a la hora de realizar las movilizaciones. Contar con algún tipo de ayuda mecánica como las grúas para movilizaciones sería lo ideal, aunque no siempre podrás contar con una.

En estos casos, a la hora de realizar dichas movilizaciones del paciente en silla de ruedas, recuerda despejar la habitación lo máximo posible y retirar todos los objetos que puedan obstaculizar el proceso. Asimismo, al realizar la movilización es importante que lo hagas desde los músculos de las piernas y no de la espalda. Recuerda que una lesión en esta zona podría conllevar no solo un empeoramiento de los cuidados en ese momento, sino que podría suponerte una lesión a largo plazo. Por ello es importante que las movilizaciones sean uno de los aspectos a los que más atención deberías prestar en el cuidado de una persona dependiente.

Adapta el hogar de la persona

El objetivo último de los cuidados es que la persona se sienta bien tanto física como emocionalmente. Por ello, si tenemos la oportunidad, tendremos que hacer que el paciente en silla de ruedas se sienta lo menos dependiente posible del cuidador. Una de las mejores maneras de conseguir esto será adaptar el hogar lo máximo posible para sus necesidades. Puede que algunos puntos de la casa precisen de cierto desembolso económico para ser adaptados, siendo el ejemplo más claro la zona del baño, pero en muchos otros casos no será así. Reajustar la disposición de los muebles o de algunos objetos de la casa, como por ejemplo vasos de la cocina, hará que la persona pueda ser mucho más autónoma en su propio domicilio.

Aspectos a tener en cuenta al pasear a paciente en silla de ruedas

Otra de esas dimensiones en las que hay que reparar es la parte de los paseos con el paciente en silla de ruedas. Son fundamentales y seguir estas indicaciones los harán más cómodo para la persona. En primer lugar, debes tener en cuenta la comodidad de la persona. Lo ideal es elegir prendas que sean fáciles de poner y que no tengan botones o cremalleras, facilitando así el poder ponerlas o quitarlas si la temperatura en la calle cambia.

Asimismo, es importante que cuides aspectos como la ropa de abrigo o la protección frente al sol. Ello es debido a que el paciente en silla de ruedas estará más expuesto al frío o al calor que una persona que vaya caminando. En invierno cerciórate de que la persona esté bien abrigada y con la garganta cubierta, y en verano de protegerla con crema para el sol y de cubrirle la cabeza.

Además, también tendrás que tener en cuenta el material con el que esté hecha la silla de ruedas a la hora de ajustar el nivel de comodidad en base a la temperatura. Muchos materiales tienden a calentarse en exceso cuando les da el sol, por lo que, si es el caso de la silla de ruedas que estás manejando, procura cubrir las zonas que más se calienten o planificar más descansos a la sombra en la ruta de paseo que vayas a seguir.

La empatía, herramienta indispensable

Esta es una herramienta que todo cuidador debe llevar en su repertorio de habilidades personales, en especial si la persona dependiente lo es desde hace no demasiado tiempo. Perder la autonomía personal es algo muy delicado de tratar y estará en la mano del cuidador el conseguir que esta situación sea lo más llevadera posible.

Para ello, lo mejor será escuchar a la persona, sus inquietudes y frustraciones, y tratar de proponer soluciones que pueda haber pasado por alto para mejorar su estado emocional. Recuerda que animar no consiste en afirmar que todo va bien o “que no esté triste”, lo ideal es reconocer las dificultades asociadas a su situación y tratar de animar a alcanzar cierto margen de mejora. En muchas ocasiones, el mero hecho de escuchar y reconocer dichas dificultades tendrá un valor terapéutico a nivel emocional enorme para la persona.

 

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