Diferencias entre la demencia senil y el Alzheimer

Diferencias entre la demencia senil y el Alzheimer

La diferencia entre la demencia y Alzheimer es que, mientras la primera es un término “general” que describe una amplia gama de patologías, el segundo es un deterioro específico del cerebro, en el que las patologías de la demencia empeoran progresivamente.


El Alzheimer es el tipo de demencia más común, pero no el único. 


Existen otros, como la demencia con cuerpos de Lewy, la demencia vascular, la demencia de la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob o la enfermedad de Huntington.


Aunque los términos se emplean indistintamente, conocer la diferencia entre demencia y Alzheimer permite abordar los cuidados de manera más precisa y beneficiosa para la persona dependiente.


¿Qué es la demencia?

La demencia es una pérdida de la función cerebral como consecuencia del desarrollo de una o varias enfermedades neurológicas. 


Se trata de una condición clínica, asociada a daños a nivel del sistema nervioso central,  que supone una manifestación de trastornos neurológicos de distinta naturaleza.


Según la Organización Mundial de la Salud, la demencia tiene una incidencia del 2% entre los 65-70 años y del 20% entre mayores de 80, siendo la principal causa de discapacidad en personas mayores. 


¿Qué es el Alzheimer?

A diferencia de la demencia, el Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa diagnosticable que provoca un deterioro progresivo e irreversible de las células del cerebro. 


Esto provoca una lenta pero continua pérdida de las habilidades mentales y, por supuesto, es un tipo de demencia.


Según el informe mundial sobre el Alzheimer de la Alzheimer’s disease international de 2022, el 60-80% de las demencias diagnosticadas en el mundo corresponden a esta enfermedad. 


¿Qué tienen en común y en qué se diferencia la demencia del Alzheimer?

Similitudes entre demencia y Alzheimer 

Ambas enfermedades están vinculadas al deterioro del cerebro y provocan un gran cambio en funciones esenciales como la razón y la memoria.


Tanto la demencia como el Alzheimer pueden causar problemas para expresarse y comunicarse, incapacidad para tomar decisiones e incluso episodios de alucinaciones. Desde una perspectiva conductual, las personas con demencia o Alzheimer tienen una percepción similar de la realidad, siendo habituales los episodios de ansiedad, depresión, ira, impulsividad, movimientos incontrolados e irritabilidad.


Si una clara distinción podemos hacer entre ellas, es que el Alzheimer es un tipo de demencia. Y, un claro denominador común es que ambas son progresivas e irreversibles.


A tener en cuenta entre demencia y Alzheimer

  • El Alzheimer es un tipo de demencia. Esto quiere decir que no todas las personas con demencia sufren Alzheimer, pero todas las personas con Alzheimer tienen patologías de demencia.
  • La demencia no tiene un componente genético, mientras que algunos estudios sugieren que el Alzheimer podría ser hereditario.
  • El deterioro de las personas con Alzheimer es rápido, mientras que las personas con demencia pueden vivir con esta patología por el resto de su vida. De hecho, la demencia no es causa directa de fallecimiento, pero el Alzheimer sí lo es.
  • Existen formas de “demencia” reversibles y transitorias (algunos tipos de infecciones y envenenamientos o el desarrollo de tumores cerebrales o hipoxia causan síntomas de demencia), pero el Alzheimer es totalmente irreversible.
  • La causa del Alzheimer es desconocida, mientras que la demencia puede asociarse a la edad, el consumo de drogas, las infecciones o algunas enfermedades neurodegenerativas.

El diagnóstico, clave para afrontar los cuidados

Diferenciar las señales propias del envejecimiento en la salud de las etapas más tempranas de una enfermedad neurodegenerativa no siempre es fácil. Si se tiene la mínima duda ante comportamientos diferentes a los habituales, se recomienda consultar con un especialista para tener un diagnóstico lo antes posible. 


Las pruebas para confirmar la enfermedad de Alzheimer son:

  • Análisis de los niveles de proteínas beta-amiloide y tau en el líquido cefalorraquídeo.
  • Detección de la acumulación de ambas proteínas en el cerebro mediante tomografía por emisión de positrones (PET).
  • Estudios de imagen estructural o funcional del cerebro y sus regiones a través de resonancia magnética. 

Respecto a las habilidades que se evalúan para diagnosticar la demencia, destacan: 

  • Expresión y comprensión del lenguaje.
  • Función ejecutiva (por ejemplo, la capacidad de la persona para planificar, organizar, recordar cosas, priorizar o prestar atención a las tareas diarias).
  • Percepción visual de las relaciones espaciales entre los objetos.
  • Aprendizaje y memoria.
  • Cognición social.

La atención de las personas con Alzheimer y demencia es diferente, sobre todo dependiendo de las fases de cada cual.Además, ambas patologías tienen un tratamiento farmacológico distinto.


Por otra parte, es fundamental recordar que en los casos de Alzheimer la pérdida de memoria inicial empeorará con el tiempo. La persona se mostrará cada vez más confundida y tendrá dificultades para seguir instrucciones, siendo comunes los episodios de alucinaciones, agresividad e incontinencia, por lo que conviene estar prevenidos. 


Cuidar de personas con demencia o con Alzheimer requiere de mucho cariño y dedicación. Desde Club de Cuidadores, fomentamos un espacio abierto y seguro en el que intentamos resolver dudas comunes, prestando especial atención a problemas como la incontinencia en ancianos  y personas dependientes, y facilitando recursos interesantes para cuidadores y familiares.


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