Dieta para personas mayores de 80 años

Dieta para personas mayores de 80 años

Controlar la dieta en las personas mayores de 80 años es especialmente importante para mantener una buena salud y prevenir un desequilibrio nutricional que puede tener muchas consecuencias negativas a nivel físico y emocional. 

¿Qué es la psoriasis geriátrica?

La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel caracterizada por la aparición de zonas enrojecidas, irritadas y descamadas en la parte media del cuerpo y, sobre todo, en codos, rodillas y cuello cabelludo. 

Se trata de un trastorno del sistema inmunológico, con un alto componente hereditario, y que afecta a un 2,3% de la población española, según un estudio compartido por la asociación Acción Psoriasis. 

De ellos, un 10% tienen más de 70 años.  

Debido a sus manifestaciones clínicas inusuales y a la mayor tasa de complicaciones, el tratamiento de esta dolencia en los mayores es complejo por el alto número de comorbilidades y las interacciones farmacológicas. 

De hecho, la inmunosenescencia propia del anciano puede alterar la respuesta a los fármacos de la psoriasis y aumentar el riesgo de infección.

¿Qué es la xerosis senil?

El gasto energético se reduce con los años.

 

Por eso, en la llamada “tercera edad”, es imprescindible llevar una alimentación equilibrada, reduciendo las calorías vacías y las grasas, y potenciando el consumo de proteínas, fibras o vitaminas.

 

La dieta para las personas mayores de 80 años también debe asegurar la ingesta de minerales esenciales como el hierro y, especialmente, el calcio.  

 

De hecho, según el informe “Alimentación y nutrición saludable en los mayores” y la “Guía de buena práctica clínica en geriatria” de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), las personas mayores precisan un aporte diario de calcio superior, con una media 1.200 mg para los hombres y 1.300 mg para las mujeres, sin exceder nunca los 2.500 mg/día por el riesgo de cálculos renales.

 

La diferencia entre hombres y mujeres se debe a que las segundas tienen un mayor riesgo de sufrir osteoporosis.


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Otras causas del picor de piel tras una ducha

Reacción alérgica a productos de baño

La dieta mediterránea (variada y rica en frutas, verduras, cereales integrales, aceite de oliva y pescado) está asociada con la longevidad, y es el patrón básico de dieta que deberían seguir las personas a cualquier edad, también los mayores.

 

Alimentos frescos y de calidad, y mucha proteína "pura"

 

En el caso de las personas mayores, se aconseja eliminar definitivamente los ultraprocesados y consumir alimentos frescos, de temporada y, a ser posible, de proximidad. 

 

Aumentar la ingesta de proteínas, especialmente de carnes y pescados, será clave para conseguir una dieta saludable a partir de los 80 años. 

 


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Agua demasiado caliente o exceso de tiempo en la ducha

Para combatir el estreñimiento, una condición que afecta a un alto porcentaje de personas mayores, es básico aumentar la cantidad de frutas, verduras y cereales integrales de la dieta.


Estos alimentos poseen grandes cantidades de fibra y constituyen un remedio “natural” para regular el intestino y evitar los gases o la hinchazón. 

Exceso de fricción al asearse o secar la piel

A la hora de duchar a una persona mayor o dependiente, debes evitar el uso de exfoliantes o esponjas ásperas que puedan dañar la barrera protectora de la piel. 

Una buena idea es emplear una esponja natural, que no irrite la piel, o esponjas jabonosas

Secarse vigorosamente también puede causar picor después de la ducha, por eso, como expertos en cuidados, recomendamos dar pequeños toques para absorber el exceso de agua.

Reacción alérgica a detergentes o suavizantes de la ropa

Los productos de limpieza como detergentes o suavizantes pueden contener ingredientes irritantes y provocar reacciones alérgicas en pieles especialmente sensibles, como las de los ancianos.

Revisa el tipo de productos que empleas y, ante la duda, busca alternativas naturales.

Falta de hidratación

Las personas mayores de 80 años tienen más riesgo de deshidratarse porque tienen menos cantidad de agua en su peso corporal y porque muchas de ellas experimentan una pérdida de capacidad para detectar la sed.


Aunque la media diaria de consumo de agua en adultos debe rondar los 2 litros, la polimedicación o la incontinencia urinaria asociadas a la edad pueden requerir una ingesta distinta, por lo que siempre conviene consultar con el médico de cabecera. 

Cuidados de la piel en mayores para evitar el prurito


También el tipo de comida o cómo la cocinamos.


Por ejemplo, la textura de los platos tiene que adecuarse a la dentadura de la persona. 


Esto no quiere decir que haya que tomar todo en puré, pero en la mayoría de los casos conviene elegir alimentos tiernos y optar por técnicas culinarias que reblandezcan los platos (cocinar al vapor, cortar las verduras en juliana, añadir salsas ligeras y sin grasa, etc.). 


En esta  misma línea, en el documento "Orientaciones para la elaboración  de menús saludables y medioambientalmente sostenibles en centros residenciales y centros de día para personas mayores" editado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), se incide en que  las personas mayores muestren sus preferencias alimentarias para confeccionar su dieta, algo especialmente importante en las personas con bajo apetito o con mayor riesgo de desnutrición

Diversificar la alimentación es fundamental cuando hablamos de la dieta de las personas mayores.


Lo ideal es repartir la ingesta diaria entre 3 y 5 veces al día, combinando las proteínas, la fibra, las hortalizas y vegetales, los lácteos, los cereales y las frutas. 


En este sentido, es preferible hacer más comidas y con menos cantidad de comida o con porciones más pequeñas.

Aunque no se trate de un consejo dietético propiamente dicho,  comer con los mayores ayuda a detectar señales de una dieta descuidada o deficiente. 


Además, la depresión y el aislamiento influyen en la alimentación y, para los mayores que viven solos, cocinar, comer en soledad o tener que salir de casa para comprar puede suponer un gran esfuerzo físico y mental. 


Por eso, se recomienda que las personas mayores coman siempre acompañadas de su cuidador o de sus familiares.


Puedes leer otros consejos sobre cuál es la dieta ideal para los mayores en este documento de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. 


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