Cómo mantener una buena comunicación con nuestros mayores
Qué sería de nosotros sin la comunicación. En el caso de las personas mayores con problemas de salud, una buena comunicación es aún más importante si tenemos en cuenta que se pierden capacidades físicas y psicológicas que requieren de una comunicación adaptada a las dificultades tanto de vista; de movilidad y de memoria.
Comunicación eficaz con una persona mayor con problemas de salud
La comunicación eficaz con una persona mayor demanda de grandes dosis de paciencia y empatía. Para ellos, es frustrante tratar de expresarse y que no sea un mensaje comprensible. Si lo pensamos, nos pasaba a nosotros también cuando éramos pequeños y nos costaba hacernos entender. En estas situaciones, ciertas técnicas permiten que al tiempo que les atendemos, les hacemos sentirse acompañados.
Entonces, ¿cuáles son los problemas de comunicación más comunes en personas mayores?
- Enfermedades asociadas a la edad. Enfermedades como la demencia crean barreras comunicativas difíciles de afrontar. Es además común entre los mayores y les afecta en sus habilidades de habla y de memoria. Con amor, paciencia y tranquilidad podremos establecer una comunicación eficaz para que traten de transmitirnos qué necesitan y cómo se sienten.
- Pérdida de memoria, vista y audición. El deterioro cognitivo se produce con el paso de los años, es por ello que algunos sentidos se ven afectados. Es el caso de la vista y la audición, lo que a su vez causa barreras de comunicación.
¿Cómo podemos actuar ante estas situaciones?
- Es importante articular bien las palabras.
- Mirar a los ojos ayuda a que comprueben nuestras expresiones y emociones.
- Hablemos despacio ante posibles dificultades auditivas.
- Mostremos interés en la conversación para que se sientan escuchados.
Consejos para una buena comunicación con personas mayores
Ante barreras mentales y/o físicas, el sentido común y el afecto son el modo de actuar:
- La empatía es la base de la comunicación. En ocasiones solo escuchamos deseando que el otro termine de hablar para contar nuestro discurso. Con las personas mayores debemos aprender a callar y ejercer una escucha activa real. En otras palabras: dedicar toda nuestra atención a la persona dependiente.
- Mensajes breves y claros. Sin llegar a gritar, podemos emplear un tono de voz alto y debemos reducir el ruido que pueda molestar o distraer al interlocutor. Evitemos además los discursos largos y estemos atentos a ceder la palabra a la persona mayor en caso de que quiera participar.
- Paciencia por las posibles lagunas. Si existe algún problema de memoria quizás se produzcan pausas cuando hablan y eso afecta a su vocabulario. Es recomendable usar oraciones cortas sin palabras complejas y evitar que se sientan mal, dándoles tiempo a que contesten. No intentemos que respondan rápido ni que tengan los mismos reflejos que nosotros.
- Un adulto no es un niño. No hay nada más incómodo que observar una conversación entre una persona mayor y otra más joven tratándola como si fuera un niño. No lo es, y, además, es una falta de respeto. No sólo por una cuestión de educación porque el que estén enfermos o sean ancianos no les resta que cuentan con más conocimiento y experiencia que nosotros.
- Elegir temas que sean de su interés. Una conversación productiva y amable con la persona mayor o dependiente hará que descubramos que podemos aprender de ella. Y no solo eso, contribuirá a que la persona se sienta útil e importante.
La comunicación no verbal, una herramienta útil para conversar
La comunicación no verbal tiene la misma o incluso más relevancia que la verbal. Dominar este aspecto será clave para que nuestros mayores se sientan cómodos y comprendan lo que queremos decir.
Nuestros gestos, nuestra cara e incluso nuestra postura comunican. La manera en la que movemos las manos, miramos y sonreímos. Por ejemplo, si tienen problemas de audición, hablar despacio les permite leernos los labios.
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