Mejorar la autoestima en personas mayores
¿Te has parado a pensar cómo afecta tener una buena o mala autoestima en mayores? ¿Crees que no existe relación entre ambas? La realidad es que sí la hay, y mejorar una puede ser clave para una mejoría de salud.
Existen diversos estudios que relacionan salud y autoestima, y demuestran cómo tener una baja autoestima puede perjudicar nuestra salud de diversas maneras.
Por ejemplo, en la universidad canadiense Concordia University se llevó a cabo un estudio clínico con 147 adultos mayores a los que se les hizo un seguimiento durante 4 años en el que se estudiaba la relación entre la autoestima, el estrés, la depresión y los niveles de cortisol. La psicóloga Sarah Liu y sus colegas notaron que una baja autoestima contribuía a aumentar el cortisol, una hormona que se genera ante situaciones de estrés como reacción natural a una amenaza, pero que, en mucha cantidad y durante demasiado tiempo, puede causar problemas de salud graves como alto nivel de azúcar en sangre, debilitación del sistema inmunológico o pérdida de memoria.
Autoestima baja en ancianos
En otro estudio de la American Psychological Association, con personas de 25 a 104 años, se comprobó que, aunque la autoestima aumentaba con la edad, a partir de los 60 años empezaba a bajar sin excepción tanto en hombres como en mujeres. La jubilación, el síndrome del nido vacío, el deterioro físico o la pérdida de seres queridos, que caracterizan esa etapa de la vida, contribuyen a la baja valoración que las personas mayores tienen de sí mismas.
Hay varias causas por las que la autoestima en mayores disminuye, muchas de ellas relacionadas con la manera en que la que esta se construye. La autoestima se desarrolla desde tres ámbitos: el personal (mi físico, pensamientos, emociones, etc.), mi entorno más cercano (familia, relaciones amorosas, amigos, etc.) y mi lugar en la sociedad (roles sociales, qué se espera de mí, cuál es la imagen que proyecto, etc.).
A diferencia de otras civilizaciones o tiempos en los que los ancianos eran venerados, por desgracia, en nuestra sociedad, hacerse mayor se ve como algo negativo. Eso puede generar problemas de autoestima en los ancianos, lo cual repercute de manera negativa en su salud. Por este motivo, es importante que se incluyan estrategias para mejorar la autoestima en mayores entre los recursos de sus cuidadores.
¿Cómo aumentar la autoestima en mayores?
Muchos de los problemas de autoestima baja en ancianos derivan de los estereotipos que se asocian a las personas mayores. Está comprobado que las personas mayores que rechazan estos estereotipos tienen una autoestima más alta y su salud en general es mejor.
A menudo, la percepción que los adultos mayores tienen de sí mismos empieza a empeorar cuando dejan de tener personas a su cargo o dejan de trabajar, cuando “ya no se sienten útiles”.
Como cuidador puedes poner tu granito de arena para intentar que mejoren su autoestima. Lo más importante es transmitirles la idea de que el valor de una persona no está en lo productiva que pueda ser, sino que las personas mayores también tienen mucho que aportar a la sociedad, que son parte importante de la misma.
1. Vida social
Las conexiones sociales, sean familiares o amigos, son fundamentales para evitar el aislamiento de las personas mayores, que sientan que siguen formando parte activa de la sociedad y que sus opiniones y pensamientos son tan válidos o más que los de cualquier otra persona. Como cuidador de una persona anciana, tú eres parte de esas relaciones sociales, intenta dialogar y conversar con él o ella, así como escuchar sus opiniones.
2. Cuidado personal
Cuidar de la propia imagen y mantener una vida activa dentro de lo posible son ingredientes imprescindibles para mantener la autoestima de los adultos mayores. La higiene y la actividad física son necesarias para la salud corporal, lo cual a su vez afecta a la salud mental. Verse bien y hacer cosas pese a las limitaciones de la edad, y aunque sea con la ayuda de los cuidadores, tiene un efecto muy positivo sobre la autoestima de los ancianos.
En este punto el cuidador cumple un papel fundamental, especialmente cuando la movilidad queda limitada y la persona mayor no puede cuidarse y asearse sola. En estos casos, como cuidador, te conviertes en una pieza angular para que la persona mantenga su autoestima y siga activa a pesar de las limitaciones.
3. Independencia
Para mejorar la autoestima en mayores, es importante fomentar su autonomía. Siempre que sea posible, es recomendable que los ancianos realicen actividades por sí mismos y que sientan que también tienen su propio espacio personal, su intimidad.
Para ello, cuanto más fácil se lo pongamos, mejor. Asegurar la accesibilidad de los espacios o proporcionar herramientas que les ayuden a funcionar de manera autónoma es otra aportación indispensable para que los ancianos vean que pueden hacer cosas por sí mismos y se sientan útiles.
4. Valorar su opinión y romper estigmas
La comprensión es una cualidad de la que nunca hay suficiente cuando hablamos del cuidado de los ancianos. Nos referimos a la empatía, no a la condescendencia o el paternalismo, sino simplemente a entender que, a veces, un problema de oído puede dificultar la comunicación o que la falta de estamina puede crear fatiga y mal humor, y que eso en ningún momento es un ataque.
Hay que romper con los estigmas que rodean a la vejez; tratar ciertas dolencias como procesos naturales, no como algo por lo que se tengan que sentir culpables o avergonzados. Pregunta su opinión sobre diversos asuntos, hazles saber que valoras sus conocimientos y experiencias, e intenta que se mantengan al día sobre cuestiones de actualidad, tanto en el ámbito cotidiano como a nivel general.
Esperamos que ahora entiendas un poco mejor porqué empeora la autoestima en ancianos y personas mayores, y que hayas anotado algunas claves para mejorarla dentro de tu papel como cuidador.